El Departamento de Medicina Veterinaria de San Petersburgo ha decidido no sacar al cocodrilo del Nilo del sótano del edificio en la calle Shájmatova donde fue hallado el 18 de enero, informa el portal local Neva Today.
La Fiscalía de San Petersburgo no encontró motivos para sacar al reptil. Los expertos que participan en la investigación han aclarado que no ha habido quejas de los residentes de los edificios vecinos sobre el comportamiento del animal.
Este entusiasta de la historia ha tenido al cocodrilo como mascota durante más de 10 años. Una piscina especial con suelo de cemento construida por él mismo ha servido de hogar para el gigante prehistórico. Esta habitación se halla en el sótano de un edificio en Peterhof, un área residencial cerca de San Petersburgo, famosa por sus palacios.
Además de la familia de este excéntrico propietario de mascota, compuesta por varios niños pequeños, este edificio en la calle Shájmatova está habitado por otras familia. Además, hay varias oficinas de entidades comerciales y la sede de la organización militar histórica patriótica Krasnaya Zvezda, cuyo jefe y fundador es el propio Baranenko.
En un primer momento, este entusiasta aseguró que su mascota, de más de 100 kilogramos, se alimentaba de ratones de Peterhof. Sin embargo, posteriormente sostuvo que le compraba pollo.
El Parque Zoológico de San Petersburgo se negó a acoger al reptil. Como explicó su representante a Sputnik, el cocodrilo no tiene documentos y el zoológico no tiene espacio libre.
Los periodistas de Fontanka, un medio local, calcularon que al cocodrilo le tomaría solo cuatro minutos llegar de su piscina de cemento a los palacios de Peterhof a través de la red de alcantarillado de San Petersburgo.