'Welcome, Lenin'
Esta escultura de Lenin se perdió, en 1992, en lo más recóndito de unos almacenes de materiales de construcción de la antigua República Democrática Alemana —la parte comunista, en el lado este del muro de Berlín—. Pero anteriormente, durante 22 años, este Lenin —de dos metros de altura, 1,15 metros de anchura y más de dos toneladas de peso— se erigía en la pequeña ciudad de Bischofswerda.
Fue un regalo del consejo de distrito de la ciudad a la guarnición soviética de la urbe, y ocupó un lugar importante.
"[Estuvo] en una zona verde donde había una pequeña colina y una plaza en la que se organizaba todo tipo de espectáculos. Se creyó que le daba valor al conjunto. No queríamos copiar el aspecto de otras de las estatuas que existían de Lenin, donde le presentan como un orador o algo así. Tenía que ser algo que encajase en ese lugar, que chocase", explica a Sputnik su escultor, Manfred Wagner, de la ciudad de Schmölln, en el Estado alemán de Turingia.
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Sin embargo, los 26 años que Lenin ha estado a la sombra no han pasado en balde. Al líder comunista se le rompió un trozo del pie izquierdo y parte de la cabeza. Sin contar la cantidad de suciedad que acumuló durante dos décadas. De su restauración se encargó el hijo de Wagner, Rico. Tardó tres días en dejar la estatua como nueva. Gratis.
Pero la estatua de Bischofswerda —y pronto de Leipzing— no es la única creada por Wagner.
"Esculpí un busto de Lenin para la oficina de un comandante soviético en Dresden. Más tarde leí en un periódico que se había vendido en una subasta". Ahora, el escultor y su familia piensan ir a Leipzing para estar presentes cuando se inaugure una escultura que, seguro, habrá presenciado de todo.