Dueña de una mirada penetrante y un suave pelo con mechas castañas, Maya tuvo una infancia amarga hasta que encontró un hogar que la empoderara. La historia que vino después es casi predecible. A partir de una cuenta de Instagram su ternura se volvió viral.
Así es, una historia casi predecible. El estrabismo de la minina se debe a un trastorno semejante al síndrome de Down. Su nariz también tiene una leve deformación que le provoca estornudos frecuentes y falta de aire cuando juega.
Sin embargo, sus dueños, una pareja estadounidense que la adoptó cuando tenía cerca de nueve meses de edad, aseguran que en todo lo demás, la felina es como todos los otros.
Sus publicaciones en Instagram no dejan dudas. Maya juega, duerme, ronronea y exhibe ternura en sus más de 80 imágenes publicadas en dos meses.
Sus más de 34.000 seguidores están de acuerdo que la belleza de Maya es única.