La localidad sudafricana de Estcourt, cercana a Durban, está conmocionada por un hecho macabro. Un hombre se presentó ante la corte, declarando estar cansado de comer carne humana, informó el diario local The Witness.
Los supuestos responsables del hecho tienen entre 30 y 32 años y uno de ellos es un curandero. La polémica confesión del arrepentido fue apenas la punta del iceberg, ya que se reveló un panorama mucho más aterrador: en una reunión vecinal de 700 personas, al menos 300 confesaron haber comido fragmentos de carne humana brindados por el hombre.
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"No sabemos qué hacer o en quién confiar. Familias, personas que conocemos y que viven con nosotros confesaron haber comido a esta mujer", dijo a The Witness el concejal comunitario Mthembeni Majola.
La mujer asesinada posiblemente se trate de Zanele Hlatshwayo, de 25 años, y madre de un niño de dos. La chica fue vista por última vez el 25 de julio y sus ropas ensangrentadas fueron encontradas en el domicilio del curandero.