En el último tiempo universidades de Estados Unidos y Reino Unido tienen en su currícula una materia que enseña a los estudiantes a aprender este tipo de habilidades. El objetivo es brindar a sus alumnos herramientas para que puedan superar momentos adversos.
Existen distintos modelos. En Harvard invitan regularmente a algunos exalumnos para que hablen de sus mayores fracasos. En la Universidad de Princeton los estudiantes hablan por medio de videos de sus fracasos y sobre sus aprendizajes en la vida universitaria. En Stanford a través de historias y eventos entre estudiantes, docentes y egresados buscan formar alumnos emocionalmente más fuertes.
"Un error habla de una situación en la cual se intentó hacer algo y no salió bien. Se trata de ver el error como experiencia para el aprendizaje para que la próxima vez te salga mucho mejor. Estamos en un mundo que intenta imponer que se debe hacer todo bien desde el primer momento. Es casi una utopía", dijo a Sputnik Alejandro Melamed, especialista argentino en Recursos Humanos.
En esta experiencia hay disfrute, mientras que en la exigencia del perfeccionismo lo único que tenemos es ambición, y si las cosas no salen según lo planeado no hay posibilidad de disfrute. Desde este punto de vista es espectacular que nos preparemos en las universidades para poder ir recorriendo un camino de aprendizaje permanente", explicó.
Las nuevas generaciones más expuestas a los contenidos digitales tienen esta característica. Aunque, según Melamed, también son jóvenes que dramatizan menos el error ya que están acostumbrados a vivir en la incertidumbre.
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"La generación millennial, los nacidos entre el 83 y el 94, es una generación que está acostumbrada a respuestas inmediatas. Pero también es una generación que sabe que si algo no está bien se corrige. Dramatizan menos el error que las generaciones anteriores, donde estaba todo mucho más cierto. Estas son generaciones que viven en los inciertos, son mucho más flexibles para aceptar este tipo de situaciones y enfrentarlas. Las generaciones anteriores eran más perseverantes pero el día que se golpeaban se quebraban", apuntó el especialista.
Por ello, a la hora de analizar los aspectos que deberían integrar la formación de estas personas, el especialista en Recursos Humanos destacó que un aspecto clave es fortalecer la inteligencia emocional.
"El desarrollo de las capacidades emocionales sirve para aprender a manejar tus emociones, la capacidad de resiliencia, de aprender a aprender, de desarrollar vínculos, de influenciar y liderar. Son todas las habilidades blandas que pocas universidades desarrollan en sus alumnos. Cada vez eso cobra una importancia muchísimo mayor porque los conocimientos técnicos son más fáciles de adquirir", concluyó.