El misterioso 'cementerio' se encuentra a 18 metros bajo el nivel del mar pero a 61 metros bajo la isla de Borneo, en Malasia. Para llegar a él es necesario atravesar laberintos subterráneos serpenteantes al otro lado del arrecife de coral de la isla.
El famoso explorador Jacques Cousteau descubrió el enclave y lo comparó con los míticos cementerios africanos de elefantes. El misterio reside en que las tortugas, a diferencia de los elefantes, no se reúnen en un mismo lugar para morir.
Sorprendente resulta, sobre todo, que haya tantos cadáveres de pequeñas tortugas marinas muertas al nacer, ya que estos animales esconden sus huevos bajo la arena y no en las profundidades marinas.
Cómo y, sobre todo, por qué tantas tortugas marinas acabaron congregándose a 61 metros de profundidad sigue siendo un misterio.