Finalmente, según un relato del periódico estadounidense, un empleado de una tienda explicó a una persona cómo desactivar la pantalla, lo que dio fin a la peculiar escena. Según informó la publicación, los pasajeros registraron en sus teléfonos lo ocurrido.
Una mujer "que habló en condición de anonimato porque no quiere que un artículo sobre pornografía aparezca cuando la gente googlee su nombre" expresó que quedó "anonadada" con el hecho.
"No puedo creer que esto sucediese en público y en especial en hora pico", dijo. "Era pornografía explícita que se mostraba en una pantalla enorme y nadie podía apagarla", agregó.
Según The Washington Post, los vídeos que aparecen en esas pantallas son controlados por vía remota, aunque se pueden apagar y prender de manera manual.