La mujer, de nacionalidad francesa, no comprendía ni hablaba en inglés, por lo que no se percató de los llamados que advertían el cambio de puerta de embarque y se dirigió a la que aparecía en su billete, informó el diario USA Today.
"Si hubieran anunciado el cambio en francés también, se habría dirigido a la puerta de embarque correcta", afirmó su sobrina, Diane Miantsoko, citada por ABC.
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Al entrar al avión, la mujer se encontró que el asiento que tenía asignado estaba ocupado. Cuando una azafata constató esta situación, la ubicó en un lugar libre. El avión despegó y al llegar la pasajera se percató de estar en el lugar incorrecto.
Su sobrina también agregó que nadie prestó atención a la razón de haberse cometido tal error.
"Cualquiera podría haber estado en el lugar de mi tía. Podría incluso haber sido una terrorista y haber matado a personas a bordo, y ni siquiera se dieron cuenta", explicó.
Luego del traspié, la aerolínea le aseguró un lugar en el siguiente vuelo a París desde la ciudad californiana, en la que debió pasar unas 11 horas. En total, su llegada a la Francia tomó 28 horas más de lo inicialmente planeado.
No es el único caso de vergüenza que ha sufrido la aerolínea en las últimas semanas. Así, a principios de abril se divulgó por las redes sociales un vídeo que muestra cómo el pasajero David Dao de 69 años es expulsado a rastras de un avión en Chicago por sobrerreserva. Posteriormente el presidente ejecutivo de United Airlines, Oscar Muñoz, reconoció que era un "error de proporciones épicas".
Dos semanas más tarde la compañía protagonizó otro escándalo. Esta vez la víctima de United Airlines fue un conejo gigante de 10 meses bautizado Simon. El animal falleció en la bodega de un Boeing durante un vuelo entre Londres y Chicago, a donde se dirigía para batir un récord mundial como el conejo más grande del mundo.