Sin embargo, Carlie Jo, la joven propietaria del Bikini Beans Espresso, insiste en que su negocio tiene como objetivo "empoderar a las mujeres".
Doin my coffee thing 😘 pic.twitter.com/Q16L93boTy
— Carlie Jo (@carliejoprints) 31 de janeiro de 2017
"Nuestra misión es empoderar e inspirar a todos para vivir la vida al máximo", proclama la página web de la cafetería.
Aunque sigue creciendo su popularidad incluso entre las parejas que, según aseguran los dueños del recinto, no tienen nada en contra de la vestimenta sensual de las camareras, la política del lugar ha provocado diversas reacciones en la sociedad.
Así, Mike Fagan, el alcalde de una localidad de Arizona donde también abrió sus puertas el Bikini Beans Espresso, intentó imponer algunas restricciones porque, en su opinión, el establecimiento promovía una política de explotación de las mujeres. Algunos habitantes del municipio tampoco comparten afición a semejante modo de 'marketing'.
"Por supuesto que estoy a favor de que todos hagan lo que quieren hacer, pero no quiero que se lo impongan a mi familia", lamenta una mujer, citada por Daily Mail. La señora relata que tuvo que explicar a sus hijos "por qué en una cafetería las muchachas sin camisetas sirven café y por qué hay tantos hombres haciendo cola para entrar allí".