Mucha gente se olvida o ignora que las bacterias empiezan a formarse en la superficie de la carne cada vez que esta queda sometida a la temperatura ambiente. Esta es la razón por la que es más que aconsejable dejar el filete dentro de bolsas selladas sumergidas en agua fría.
Regla número dos: mientras lo fríes en la sartén o en la plancha, abstente de pinchar el filete constantemente para comprobar si está preparado. Cada vez que le clavas un objeto afilado, ya sea un cuchillo, un tenedor o un palillo de dientes, cortas la circulación de los jugos en el filete.
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Por último, no es recomendable darle más de una vuelta al trozo de carne mientras permanece en la sartén. En este caso, se interrumpe el proceso de caramelización y, al igual que en la situación anterior, se corta el flujo de jugos dentro de la carne.