El pequeño Danil —protagonista de la obra escrita por Svetlana Lavrova e ilustrada por la artista Olga Lavrújina— visita el Museo de Tanques de Uralvagonzavod junto a sus padres. Danil lleva consigo su tanquecito de juguete.
El pequeño deja el juguete en el edificio del museo, tras lo cual el tanquecito entra en contacto con sus legendarios abuelos, el T-34-76 y el T-34-85, así como con máquinas militares más modernas, como el T-54, el T-72 y el T-90.
El legendario T-90 le relata al pequeño tanque sus increíbles aventuras en el desierto indio de Thar, así como en las junglas impenetrables de Malasia.
Anteriormente, para el Día del Operador de Tanque, la Defensa rusa publicó unos dibujos animados protagonizados por el legendario T-34 soviético, considerado uno de los vehículos claves para cambiar el rumbo de la Gran Guerra Patriótica de la URSS contra los invasores nazis.