El primero de nuestra lista es Skylodge Adventure Suites, un fenomenal hotel flotante en el Valle Sagrado de Cusco, Perú.
Las habitaciones de esta posada se encuentran incrustadas en la montaña a unos 400 metros a altura. Sus paredes de vidrio hacen que la experiencia de alojarse allí sea algo único e inolvidable.
Basta ver los mensajes de quienes se hospedaron allí para darse cuenta de lo sublime que peude llegar a ser la experiencia. "Dormir cenar, dormir y desayunar en las alturas con este paisaje es algo irreal, si vas a Cusco no olvides reservar esta actividad", escribió Lucía en el sitio Trip Advisor.
El eslogan del próximo resort es "Aún hay más monos que personas". Y es que el hotel Costa Verde está instalado en un árbol en el corazón de la selva costarricense. Pero eso no es todo. En medio de las ramas hay atravesado un enorme Fairchild C-123. Según el sitio del alojamiento, el aparato fue comprado por la CIA en la década de 1980 para brindar apoyo a los guerrilleros nicaragüenses contrarrevolucionarios, comúnmente conocida como la "Contra".
En el 2000 el C-123 se convirtió en parte del hotel, donde hoy sirve como restaurante y bar.
La siguiente posada es la pesadilla de cualquier plomero claustrofóbico. El Tubohotel es un hostal boutique en Tepoztlan, México. Está construido con 20 tubos de hormigón colocados en grupos de tres. Sus habitaciones miden 2,4 metros de ancho por 3,3 metros de largo. El huesped Charly opinó en Tripadvisor que "todo muy bien, a pesar de que el espacio en el tubo es muy pequeño, [pero] ya se sabe que es parte de la experiencia".
Este hospedaje es único en el mundo, y es que está construido en su totalidad por un único elemento: la sal. Dada la ubicación del hotel esto tiene sentido, el Palacio de Sal queda en el Salar de Uyuni, Bolivia.
"De arquitectura única, su objetivo es brindar a los visitantes al salar un lugar donde encontrar el equilibrio con la naturaleza y disfrutar un descanso placentero e inolvidable", dice en su sitio web.
Cuenta con 42 habitaciones cuyas paredes, techos, mesas y sillas están hechas de sal. Como no podía ser de otra manera, la especialidad del chef es pollo a la sal.
