"La reconstrucción climática muestra que en la década de 1430 se impuso un clima único y muy raro. Los inviernos eran inusualmente severos, mientras que los veranos eran normales. No hemos visto nada parecido durante los posteriores 400 años de historia. No entendemos por qué sucedió ni si esta 'edad de hielo' fue causada por actividad volcánica, por cambios de la actividad solar o por las oscilaciones normales del clima", cuenta Kathrin Keller, empleada de la Universidad de Berna (Suiza).
Por ejemplo, los ríos empezaban a congelarse en Europa Central y en el sur, por todas partes caía mucha nieve, y en los países del norte había que descongelar el agua y el vino. Las primaveras llegaban muy tarde, a finales de abril o principios de mayo, lo que afectó a los cultivos y causó hambre entre la población.
Los científicos desconocen las causas de este fenómeno, ya que en aquellos años no se registraron grandes erupciones volcánicas, que podrían haber enfriado el planeta, así que opinan que los inviernos fríos fueron producto de la variabilidad natural del clima, una combinación de factores adversos que actuaron simultáneamente.
Según Keller, no hay nada que impida la repetición de esa 'edad de hielo', pero, si se produjera en la actualidad, sus consecuencias serían menos importantes, puesto que ahora el clima del planeta es mucho más suave que en el siglo XV.