El incidente se produjo en un pueblo de la república rusa de Buriatia. Una familia estaba trabajando en su huerto, cuando se percató de que su hijo no estaba.
Los residentes del pueblo trataron de encontrar al niño ellos mismos durante un día, sin embargo, debido a la imposibilidad de encontrar al pequeño, la madre del menor se dirigió a la policía.
El niño fue encontrado por un habitante del pueblo a 14 kilómetros de su casa sentado en una zanja del bosque y abrazando a un cachorro. El hombre pudo descubrir al joven, gracias a su perro, el cual salió al encuentro de su amo.
A 200 metros de su estancia también se encontraron las huellas de lobos, que por lo visto no se atrevieron a atacar al niño debido a que este había sido rodeado por perros.
Actualmente, el niño se encuentra estable en un hospital.