Se trata de más de 40 barcos pertenecientes al Imperio bizantino y otomano. Este descubrimiento se produjo en el marco de un proyecto internacional, cuyo objetivo principal era llevar a cabo una serie de estudios geofísicos.
"La ausencia de oxígeno a una profundidad de más de 150 metros contribuyó al buen estado de conservación de los barcos", dijo el profesor británico Jon Adams, jefe del proyecto.
Dozens of ancient shipwrecks found accidentally during Black Sea mapping: https://t.co/L6PGX2thJ2 pic.twitter.com/uwwg85WOTm
— RN — Radio National (@RadioNational) 25 октября 2016 г.
Durante su investigación, los científicos utilizaron dos Vehículos de Control Remoto, uno los cuales tomaba fotos tridimensionales de alta resolución, mientras que el otro se podía mover a una velocidad cuatro veces mayor que los aparatos convencionales.