Según el diario argentino, el hombre suele infiltrarse en las iglesias de noche para grabarse mientras interpreta tangos, limpia los instrumentos o simplemente explica aspectos de su arte con aire de documentalista.
"Es un sujeto advenedizo, aficionado de inmiscuirse en los órganos de muchas iglesias, en horarios inapropiados, de noche y sin autorización. Suele fotografiarse en ellos, los hace sonar, ingresa a su interior y luego sube fotos y grabaciones de tangos grabados en esos instrumentos a Facebook y otras redes sociales. Suele sobornar gente para lograr sus objetivos o hace migas con personal de seguridad. Pero no tiene problemas en romper una puerta o forzarla para conseguir lo que se propone", explicó el organista Rafael Fereryra al Clarín.
El hombre ha logrado infiltrarse en la capilla del colegio San José, la Basílica de Luján y otras iglesias, rompiendo al mismo tiempo cerraduras y leyes, pues el acceso a alguno de estos sitios está restringido. Sin embargo, Rosas Pon continúa realizando sus gestas y compartiendo sus logros en las redes sociales.