Según informa la cadena ucraniana 1+1, el felino se dio un festín de varios días y solo comió embutidos de mayor calidad y precio. El intruso fue capturado y trasladado a un refugio de animales, donde permanece ahora encerrado en un jaula y se tiene que conformar con piensos. Según está previsto, el animal será puesto en libertad tras cumplir una cuarentena de 45 días.
Un suceso similar ocurrió recientemente en Vladivostok, en el Pacífico ruso, donde un gato se metió en el interior de una pescadería y en un anoche se comió o destrozó envases de productos por 63.000 rublos (casi 1.150 dólares).
El minino, que vivía merodeando en las inmediaciones del aeropuerto de Vladivostok, fue adoptado posteriormente por un club local de hockey y se convirtió en su mascota.