Entretanto, resulta increíblemente difícil operar aviones ya que la cubierta tiene un tamaño reducido y el buque se mueve constantemente, sin mencionar los fallos técnicos, las ondas o el tiempo.
Sputnik le ofrece la lista de las causas más populares de los accidentes de cazas en portaviones.
Rotura del cable de frenado
El primer lugar se concede merecidamente a los fallos relacionados con los cables de parada. Estos, también llamados cables de frenado, se instalan en la cubierta del portaviones y representan un dispositivo empleado para decelerar rápidamente un caza que aterriza a gran velocidad.
Así, se informa que la rotura de este cable provocó el más reciente siniestro del caza Su-33: al regresar al portaviones tras cumplir una misión de combate en los cielos de Siria, la aeronave se salió de la cubierta.
Una excesiva velocidad vertical
El aterrizaje del caza en la cubierta se realiza a velocidades muy grandes. Si el piloto comete un error en calcular bien la velocidad de descenso antes de aterrizaje, el impacto contra la cubierta puede provocar que se rompa el chasis de la aeronave.
El choque con la rampa
Desafortunadamente las condiciones meteorológicas adversas afectan este proceso y a menudo causan accidentes.
Un avión incorrectamente fijado
Desgraciadamente sucede que debido a las intensas actividades el personal naval también comete errores. Errar es humano, pero los aviones hundidos cuestan a los militares millones de dólares.
El choque contra los objetos en la cubierta
Pero en caso de errores… pues, la historia conoce tales casos.
El cambio de curso de la nave
Durante el apontaje de un caza, el portaaviones debe mantener un rumbo directo y una determinada velocidad, lo que no constituye problemas en los tiempos de paz, mientras que durante el conflicto real sería poco sorprendente que un portaviones de repente cambiara de curso al aproximárselo un torpedo.
De no reaccionar a tiempo el piloto, el riesgo de un siniestro es muy real.
Un fallo del motor
Aunque las razones exactas nunca fueron establecidas, al parecer, fueron los problemas de la planta motriz que causaron los siniestros de los aviones F/A-18E Super Hornet estadounidenses en junio de 2014 y en mayo de 2015.
Condiciones meteorológicas adversas
Así, es poco probable que se pueda evitar completamente los accidentes en una actividad tan complicada aunque cabe destacar tales métodos como el adiestramiento intenso de los efectivos y la introducción de nuevas tecnologías.
Los dos casos recientes en el portaviones Almirante Kuznetsov muestran que aun los expertos más profesionales y avezados no son inmunes a los accidentes, pero hay una esperanza de que estas lecciones serán bien estudiadas para prevenir que se repitan en el futuro.