La mayoría de las islas de nuestro planeta están deshabitadas. Las más impactantes, en una galería gráfica de RIA Novosti con motivo del Día de la Tierra.
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© Foto : DND-MDN Canada
La isla canadiense Sable, en el océano Atlántico, se está desplazando paulatinamente. A lo mejor es por eso que muchos la consideran misteriosa y hasta maldita.
Geográficamente, la isla Champ forma parte del archipiélago ruso de la Tierra de Francisco José. Es conocida por sus esferulitas, aglomeraciones esféricas de arenisca, con las que los dioses, dicen, solían jugar al fútbol.
Tindhólmur, parte de las islas Feroe, es un islote despoblado que pertenece a Dinamarca.
La isla Okunoshima, en el mar del Japón/del Este, albergó antaño una planta de armas químicas que fue cerrada en 1945. Ahora los conejos son sus únicos habitantes.
La Pirámide de Ball es un islote deshabitado situado entre Australia y Nueva Zelanda. Es un refugio para insectos raros, como el insecto palo Dryococelus australis que durante largo tiempo se consideró extinto.
La del Coco es la mayor isla despoblada del Pacífico, situada frente a las costas de Costa Rica. Se creía anteriormente que allí está escondido el oro de los incas.
La isla de los Monos en el mar de China es un auténtico paraíso para los simios. Solo una parte del terreno está abierta para los turistas.
La canadiense Devon es la mayor isla despoblada del planeta. Allí se encuentra el cráter Haughton formado hace 39 millones de años por el impacto de un meteorito. Ahora la isla sirve de polígono para prototipos de rovers marcianos pues presenta un relieve muy parecido al del planeta rojo.
