No fue casual que el pugnaz secretario de Estado, Mike Pompeo —exdirector de la CIA y zelote evangelista sionista—, haya formulado la política de EEUU en la Biblioteca Presidencial Richard Nixon en el sur de California: "el viejo paradigma del compromiso ciego con China simplemente no podrá seguir. No debemos regresar a él", en referencia a la visita de Nixon a China en 1972 y a la normalización de las relaciones en 1979 con Deng Xiaoping.
En 48 años, la odisea ascendente de China ha sido la más vertiginosa en la historia de la humanidad.
Global Times, portavoz oficioso del Partido Comunista Chino, afirma que la "elección presidencial de EEUU enloqueció a Washington", mientras la Unión Europea se resiste a tomar partido entre China y EEUU y Mike Pompeo intenta seducir a Dinamarca y a Reino Unido para conformar una coalición contra Pekín, que hasta ahora no ha prosperado ni siquiera con Reino Unido, que juega doble.
Global Times aduce que los "países europeos tienen intereses diferentes. Algunos son mas cercanos a Washington mientras otros son íntimos con Pekín" por lo que "es difícil para ellos tener una política común hacia China" cuando "hacedores de la política en Europa tratarán de mantener relaciones favorables con EEUU, pero no sacrificarán sus relaciones favorables con China".
Alemania, máxima superpotencia geoeconómica de Europa, ha sido castigada por Trump, debido a su rebeldía y su notable relación con China, y ha ordenado el retiro de la tercera parte de la presencia militar estadounidense en suelo teutónico, que la deja a merced estratégica de Rusia, de la que depende de su abastecimiento gasífero con el Nord Stream 2.
En una serie de cuatro extensos artículos, South China Morning Post —propiedad de Alibaba y con sede en Hong Kong— aborda los probables escenarios de confrontación militar de EEUU contra China, en particular, en los dos sensibles contenciosos del mar del Sur de China y de la isla renegada de Taiwán.
Shi Jiangtao, anterior diplomático chino, comenta que la "sombra de un Pearl Harbor planea sobre el despliegue de la guerra fría entre las dos superpotencias conforme las tensiones crecen en varios frentes", donde destaca un "mayor riesgo de una confrontación no planeada conforme se deterioran las relaciones a un ritmo sin precedente".
Jiangtao cita el pesimismo de Henry Kissinger, anterior secretario de Estado, quien abrió al inicio de la década de 1970 el camino para la visita histórica de Nixon a China "con el fin de aislar a la anterior URSS".
Según Brian Klein, anterior diplomático estadounidense, "la más dura postura de EEUU en el mar del Sur de China forma parte de la campaña de reelección de Trump".
El asunto del mar del Sur de China no es menor, cuando su importancia estratégica, en la región Indo-Pacífico, es descomunal: lo atraviesa la tercera parte del transporte global con un comercio de 3 billones de dólares cada año. Además de pletóricas reservas de petróleo y gas, contiene bancos de pesca fundamentales para la seguridad alimentaria de los millones de habitantes del sudeste asiático. Es limítrofe con nueve países, además de China: Brunéi, Camboya, Indonesia, Malasia, Filipinas, Singapur, Taiwán, Tailandia y Vietnam.
Baptista basa sus asertos en el libro La Nueva Geopolítica de Asia: Ensayos Sobre la Reconfiguración de la Región Indo-Pacífico de Michael R. Auslin, un sinófobo de línea dura de dos centros neoconservadores globalistas Hoover Institution y American Enterprise Institute.
La extrema dureza retórica de Mike Pompeo tilda de "ilegales" los reclamos de Pekín sobre el mar del Sur de China.
Curiosamente, la distancia de EEUU al mar del Sur de China es de 13.364 kilómetros y enmarca el todavía poder marítimo hegemónico de Washington en el mundo y que ahora ha colocado a dos de sus portaviones, de los 11 que detenta, en ese turbulento mar en disputa.
La guerra tecnológica de EEUU contra China no ha dado los resultados esperados. La empresa china Tencent se posicionó como el operador de redes sociales mas importante del mundo, con una capitalización de mercado de 670.000 millones de dólares y ha desplazado a Facebook, con una capitalización de mercado de 657.800 millones de dólares. Además, la perseguida Huawei desbancó a Samsung y a Apple del primer lugar de la venta de teléfonos celulares.
Fuera de un accidente, a Trump no le conviene una guerra en el mar del Sur de China y/o en Taiwán contra China, lo que entraría al terreno aleatorio de su desenlace y/o empantanamiento, a 100 días de la búsqueda de su reelección. En este escenario, Trump puede vivir el fracaso de Jimmy Carter con su operación fallida de rescate de los rehenes estadunidenses en Teherán, lo cual le costó su reelección.
En la coyuntura presente ni a Trump ni a China les conviene una guerra cuando ni siquiera se sabe cuál será la decisiva postura de Rusia que ostenta una "asociación estratégica" con China que tratará de evitar al máximo la conflagración militar, en espera del resultado de la elección presidencial del 3 de noviembre.