La Alianza tuvo una mención especial para el plan Pueblo a Pueblo, ganadores del Premio a la Soberanía Alimentaria 2019, así como para los miembros de organizativos de la Vía Campesina de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora (CRBZ).
Organizaciones que han logrado plantar cara a los retos que le han impuesto tanto las medidas coercitivas unilaterales adoptadas por Washington, como la propia pandemia del COVID-19.
#VIDEO | Stephen Bartlett, representante de la Alianza de Soberanía Alimentaria de #EEUU:" El plan Pueblo a Pueblo ha logrado evitar que el alimento se convierta en herramienta para doblegar al Pueblo venezolano". #VenezuelaEnLuchaYVictoria #NoMásTrump #NoMoreTrump pic.twitter.com/rp7SEGgeam
— Cancillería Venezuela 🇻🇪 (@CancilleriaVE) August 27, 2019
Una idea productiva
El plan Pueblo a Pueblo conforma en palabras de Pablo Giménez, vicepresidente de dicha organización:
Según los datos aportados por Giménez, desde el nacimiento de la iniciativa en 2015, se han realizado 227 jornadas desde el año 2015 hasta la fecha y se han distribuido más de dos millones de kilos de hortalizas y frutas. Solo en lo que va de este año 2020 se han realizado 13 jornadas en las que se han distribuido 62.809 kg de 35 rubros de hortalizas producidas por 71 familias campesinas en 92 puntos comunales en la ciudad que han beneficiado a 8.972 garantizándoles el acceso a estos alimentos, con precios 50% menores que los del mercado.
No se queda solo con las comunidades. El programa Pueblo a Pueblo, apoya el Programa de Alimentación Escolar de Venezuela, y ya este año ha atendido más de 21.600 niños y niñas, con más de 18 rubros agrícolas cosechados por 32 familias campesinas.
En esta coyuntura los comedores escolares siguen activos garantizando alimentos a los niñxs a través de la alianza estratégica: 《Campesinxs Productores》del Plan Pueblo a Pueblo que siguen batallando en esta contingencia, Poder Popular organizado, CNAE y el Min. de Alimentación. pic.twitter.com/pz7WWxrEPR
— Pueblo a Pueblo (@puebloapueblo2) April 17, 2020
Pueblo vs. coronavirus
Incluso durante la cuarentena decretada por parte del Gobierno nacional, el proceso de interconexión agricultor-consumidor no ha parado.
A través de un novedoso sistema de distribución casa por casa, se cumple con la medida de protección epidemiológica que adelantan las autoridades nacionales y se satisfacen las necesidades alimentarias.
"Las crisis son oportunidades que empujan a los pueblos a encontrar las condiciones de superación para esas mismas crisis, o en todo caso permiten el hallazgo de las posibles soluciones a los conflictos que se enfrentan en lo inmediato. Lo que queremos decir es que los pueblos no se suicidan ni claudican en sus luchas, al contrario, crean nuevas condiciones de superación o como dice aquella consigna popular que se hizo grito rebelde desde los inicios de la revolución bolivariana: Solo el pueblo salva al pueblo" puntualiza Giménez.
Estamos obligados a dar la batalla contra el capitalismo y abrir los caminos de la salvación de la especie humana ✊🏾 https://t.co/yWi3dJlLYH pic.twitter.com/yuyzwDbfZQ
— Pueblo a Pueblo (@puebloapueblo2) April 21, 2020
Ricardo Miranda, Coordinador Nacional del plan Pueblo a Pueblo, explica que el éxito del Plan radica en que el 100% de su funcionamiento depende de la articulación entre el poder popular y las organizaciones sociales, en control absoluto de todo el proceso desde la semilla y la tenencia de tierra hasta el consumo final de los alimentos.
Para Miranda, es necesario que se visibilice el enorme esfuerzo hecho por los campesinos venezolanos para romper lo que llama 'el control de las mafias de intermediación'.
Ratifica las premisas centrales de la organización:
- La organización social de la producción.
- Los alimentos son un derecho humano, no una mercancía.
- Promover distintas formas de distribución basadas en el trabajo voluntario.
- Acortar la distancia campo-ciudad y reconocernos como un solo sujeto: el pueblo trabajador, el pueblo consumidor.
- Establecer precios transparentes basados en la construcción de las estructuras de costos.
- La planificación de la producción y distribución basada en la necesidad de consumo y no en el mercado.
- Transformar los patrones de consumo para satisfacer nuestras necesidades nutricionales y no los intereses de las transnacionales de la agroindustria.
- Transformar las formas de producción hacia la agroecología, recuperando nuestras semillas y conocimientos campesinos.
—¿Cómo funciona el Plan en tiempos de pandemia y en tiempos de normalidad?
En la ciudad la organización va asumiendo tareas para diagnosticar sus necesidades y capacidades de consumo, organizar las jornadas de distribución y crear las alacenas comunales como espacios de reserva estratégica de alimentos.
En el campo, las comunidades organizadas planifican el consumo en función de las necesidades de las organizaciones de la ciudad, se calculan las estructuras de costo de cada rubro, se organiza la producción y se realiza la cosecha y acopio planificado de los alimentos que se distribuirán en la ciudad.
—¿Cómo se han integrado las comunidades campesinas? ¿Cómo lo han recibido?
—La producción proviene principalmente del municipio Carache, estado Trujillo, dadas sus condiciones agroecológicas y políticas. El municipio Carache tiene una gran diversidad de condiciones climáticas y agronómicas, una larga historia de agricultura familiar campesina así como también una historia de resistencia y organización campesina.
—Un territorio con una larga historia de lucha social y política…
—Pero el liderazgo trasciende lo individual y se hace colectivo, ¿es correcto?
—Es así. Las familias campesinas están organizadas, principalmente en Redes de Productores Libres y Asociados (Replas) en Trujillo, quienes planifican la producción en función a las necesidades alimentarias de las comunidades organizadas en la ciudad. También participan núcleos de producción localizados en Yaracuy, Cojedes, Lara.
—Según Pablo Giménez, esta iniciativa es multidimensional y no debe verse como una simple estrategia de producción-distribución. ¿Podría extenderse en este aspecto?
—El Plan se desarrolla en una serie de programas en el ámbito de la producción orientados a garantizar el control de insumos y bienes estratégicos para la producción. El programa Para la Vida y No para el Capital constituye una alianza estratégica entre Pueblo a Pueblo y Proinpa (Asociación Productores Integrales del Páramo), establecidos en Mérida para el almacenamiento de papa cosechada a partir de octubre del año 2019 y hacer distribución en los meses siguientes. En ese período se almacenaron aproximadamente 160.000 kilos de papa de diferentes variedades: angostureña, única, betina, amarilis, papa rosada, diacol y capiro. Y en este momento, esta papa almacenada se está distribuyendo en las jornadas realizadas durante la contingencia de la cuarentena.
Asimismo, se viene impulsando el programa de multiplicación de semillas de papa y hortalizas en alianza con organizaciones nacionales e internacionales como Proinpa y la Alianza Estadounidense para la Soberanía Alimentaria. En este programa se vienen estableciendo núcleos de producción de semilla para garantizar la disponibilidad de estas semillas para las redes de productores y sostener así la producción y distribución de alimentos.
—Para ser un plan que no es impulsado por el Ministerio de Agricultura y Tierras, es bastante ambicioso. Si tuviese la oportunidad de solicitar algo al presidente Nicolás Maduro, ¿qué sería?
—Le pediríamos al presidente que visibilice al pueblo productor, cuya producción ha garantizado durante este tiempo de crisis la provisión de alimentos frente a la desaparición de los alimentos procesados de la agroindustria. Hay suficiente producción en el país, pero la producción de la agricultura familiar sigue en su mayoría bajo el control de las mafias de la intermediación. Es necesario que el presidente mire hacia abajo, hacia nuestro pueblo campesino y lo acompañe, ya que hasta ahora las recientes políticas implementadas no han llegado al pueblo campesino.