Un ejercicio insólito. Un presidente de un determinado país europeo publica un mensaje en 14 lenguas para los ciudadanos de los 28 países miembros de la Unión Europea. Un dirigente que lanza un mensaje electoralista y partidista bajo el barniz azul europeísta, a tres meses de las elecciones que determinarán la composición del futuro Europarlamento.
París y Bruselas fueron incapaces en su momento de contrarrestar el mensaje de los instigadores del Brexit, que supieron explotar el sentimiento negativo de una mayoría de británicos hacia el paraíso comunitario. Millones de euros en el apartado de comunicación dilapidados en "informar" a los europeos; cientos de expertos y especialistas pagados para ofrecer lo que ahora a Macron le parece una evidencia. El fracaso de la UE ante los separatistas pasará a la historia de la comunicación política.
Además: El tortuoso calendario del Brexit
Cuando se pierde una consulta popular sobre asuntos europeos, las élites eurófilas justifican el fracaso achacando la ignorancia de los consultados y las mentiras de la propaganda enemiga. En Francia, por ejemplo, el rechazo en las urnas al proyecto de Constitución europea fue ignorado por el poder, que impuso "lo que le convenía al pueblo".
Emmanuel Macron recalca la idea de protección en su carta a los ciudadanos europeos. Protección que se traduce en una propuesta para rehacer el contenido del acuerdo de Schengen sobre la libertad de tránsito entre los países miembros del la UE. De hecho, Francia, como el resto de sus socios, ha cerrado sus fronteras y ha endurecido las condiciones de acogida de inmigrantes económicos o refugiados. Schengen ha muerto, pero Macron quiere recuperarlo manteniendo el control de fronteras y, eso sí, exigiendo a cada país del club que acepten el reparto de inmigrantes que se decida en Bruselas. Una propuesta que países como Hungría o Polonia seguirán rechazando en nombre de la soberanía sobre cuestiones de seguridad física y cultural.
Te puede interesar: ¿Por qué Polonia y Hungría están a la vanguardia de la ultraderecha europea?
"Escudo social", agujereado
En la misiva se hace también hincapié en la defensa de "la preferencia europea en las industrias estratégicas y mercados de contratación pública". Bellas palabras que contradicen una política comercial comunitaria descoordinada, y obsesionada en la firma de acuerdos comerciales que destruyen industrias y producción nacionales, en nombre del libre mercado y la "globalización feliz".
Más sobre el tema: 2018: Comenzó el fin de la globalización económica
Emmanuel Macron vuelve a abordar la idea de "regular" a las multinacionales del mundo digital. Otro deseo que provoca frustración ante el poder omnímodo de los gigantes englobados en las siglas GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple) y en la burla de estos a la fiscalidad europea, donde la pelea por atraerse las inversiones de estas empresas ha creado una diferencia en el pago de impuestos que hace imposible una uniformización.
También: Economía global: ¿todos al infierno?
La Pravda de Macron
Por su puesto, no podía faltar la idea de prohibir la financiación de partidos políticos europeos por parte de potencias extranjeras. Nada se dice si la financiación proviene de países no considerados potencias, o de ONG financiadas por filántropos convertidos en millonarios progresistas después de enriquecerse como especuladores.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK