El dragón asiático viene lanzando iniciativas audaces que, en general, son bien acogidas por los diversos Gobiernos de la región, pero éstos se muestran incapaces en este momento de dar respuestas de conjunto, ya que los proyectos para la integración se han debilitado como consecuencia del viraje conservador que viven buena parte de los países en los últimos años.
¿Qué tiene China para ofrecer a América Latina? Hasta ahora el país asiático se ofrecía como un gran mercado para las exportaciones de productos primarios, en particular soja, mineral de hierro e hidrocarburos. El comercio bilateral ha sido el punto fuerte, con un crecimiento exponencial: en apenas una década se multiplicó por 20, alcanzando 236.000 millones de dólares en 2015. Para potenciar el comercio y las relaciones se creó el Foro China-Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC), que celebró su primera reunión en enero de 2015 en Pekín y estableció un plan para llevar los intercambios comerciales hasta 500.000 millones de dólares en 2019 y alcanzar la cifra de 250.000 millones de dólares de stock de inversión extranjera directa recíproca.
El presidente chino marcó las diferencias en la política hacia América Latina respecto de las propuestas del presidente electo de EEUU, Donald Trump. Mientras Washington apunta hacia la expulsión de migrantes indocumentados y apuesta por un retorno al proteccionismo, Pekín menciona "un futuro compartido" con la región sobre la base de "promover la liberalización y las facilidades al comercio y la inversión y oponerse a cualquier tipo de proteccionismo".
Sin embargo, este nuevo lenguaje de la diplomacia china choca con fuertes obstáculos. Como debió escuchar en su reunión con la CEPAL, el 90% de la inversión directa china en la región se dirige a explotar recursos naturales, que representan el 70% de las exportaciones al dragón, en particular hidrocarburos y minerales. Inversiones de estas características están provocando aguda conflictividad social, por el daño ambiental que provocan, ya que son resistidas por indígenas y campesinos.
"Mientras que Estados Unidos y las instituciones financieras internacionales, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, tienden a financiar operaciones de acuerdo con las modas de desarrollo del momento, como la liberalización del comercio exterior y los programas de microcréditos antipobreza, los créditos chinos suelen estar destinados al financiamiento de proyectos de energía, infraestructura e industriales, en una región que tiene una brecha anual de desembolsos en infraestructura de por lo menos 260.000 millones", según el economista Gustavo Giraldo, coordinador del Observatorio Asia Pacífico de la Universidad Nacional de La Matanza en Argentina.
Como señala el director del Observatorio, Xulio Ríos, "China lo tiene bien claro con América Latina". El documento librado durante la visita de Xi Jinping, "sugiere la paralela urgencia de que América Latina establezca unos lineamientos mínimos de su política en relación a China. Solo de esta manera puede interactuar de forma proactiva, sentando las bases para un mejor aprovechamiento de las oportunidades que traza este segundo documento de política china para la región. Ese es el primer deber que China plantea a los países de la CELAC".
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK