El futuro está oculto detrás de los hombres que lo hacen (Anatole France, 1844-1924)
Todo empezó con el triunfo de Mauricio Macri en Argentina para luego afianzarse con el golpe parlamentario contra Dilma Rousseff en Brasil, lo que le permitió en seguida poner en marcha su plan principal creando un cerco a la integración latinoamericana promovida por Hugo Chávez.
La elección de Donald Trump abrió los ojos a los latinoamericanos sobre el inmenso poder que siempre ha tenido Norteamérica sobre los destinos del continente. Da la impresión que la vida en la mayoría de los países se ha paralizado por un momento y están a la expectativa de los que auguran sobre los cuatro años del gobierno de Trump. Nadie se atreve a pronosticar su política hacia Latinoamérica y el Caribe. Los centroamericanos y los mexicanos están asustados por la posibilidad de una drástica reforma migratoria que les quitará o reducirá su principal fuente de divisas a través de las remesas.
No cabe duda que el neoliberalismo seguirá avanzando en la región, y sus países seguirán el giro a la derecha que inauguraron primero Argentina y después Brasil a través de 'golpes blandos' creados por los 'think tanks' norteamericanos y posteriormente aplicados por la alianza entre el capital financiero, las multinacionales, el Departamento de Estado y las derechas locales. El pensador uruguayo Raúl Zibechi explicó hace poco que durante más de una década, el populismo y el progresismo había puesto como su gran meta "aumentar el consumo de mercancías como una gran forma de integración" social descuidando seriamente la "participación política" del pueblo.
Así pasó en Argentina y Brasil donde los nuevos beneficiados lo recibieron como algo natural sin que el gobierno les explicase claramente las causas de este avance y les hiciera entender la necesidad de su participación en este proceso. El estado populista adquirió en seguida las características de un estado paternalista mientras la coyuntura económica nacional e internacional era favorable. Con la crisis económica de 2008, los países latinoamericanos que en la década del populismo no se atrevieron a buscar modelos alternativos de desarrollo, quedaron afectados como países extractivos debido a la baja de los precios de la materia prima a nivel internacional y a la reducción de la demanda especialmente de China.
Ni las sanciones económicas y financieras norteamericanas, ni los 50 millones de dólares que remitió el Departamento de Estado a la oposición, ni los saqueos, acaparamiento de los productos de primera necesidad y el sabotaje económico no han podido quebrantar hasta ahora la unión entre el gobierno, las fuerzas populares y las fuerzas armadas. Hay todas las posibilidades para que Venezuela siga su ritmo y su incipiente modelo económico alternativo en el 2017 con la ayuda financiera de China y de Rusia. Lo mismo sucede con Bolivia donde la oposición no tiene un programa concreto de cambios y no cuestiona la sustancia del gobierno de Evo Morales ni el proceso actual de transformación del país, sino ciertas formas de administración.
El resto de los países de América Latina seguirá el modelo neoliberal lo que ocasionará el empobrecimiento y como resultado el crecimiento del descontento popular y las marchas de protesta en su lucha por la integración social que el neoliberalismo les está negando. La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Alicia Bárcena adelantó un panorama complejo para las economías latinoamericanas en el 2017, diciendo que todo el mundo tiene expectativas sobre la postura de Estados Unidos. Aconsejó a los países latinoamericanos a esperar pues "nadie tiene una bola de cristal para saber lo que va a pasar a partir del próximo 20 de enero" cuando Donald Trump asuma la Presidencia.
Los países como Colombia, Chile y Perú no serán afectados porque su comercio ya está orientado a China y cualquier medida proteccionista de Trump no será determinante en su economía. El gigante asiático, muy previsor, ya está desplazando a Estados Unidos y trata de ser el mayor socio comercial de toda América Latina.
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