"La muerte es democrática, ya que a fin de cuentas, güera, morena, rica o pobre, toda la gente acaba siendo calavera".
José Guadalupe Posada
Celtas, cristianos y aztecas
Considerada por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, en la festividad mexicana del Día de Muertos convergen la traza católica impuesta por la espada y el arcabuz y el culto a la muerte que ya practicaban sus ancestros desde mucho antes de la Conquista.
Lo que inquieta, no es tanto el avance de una tradición sin raíces en el país, como la desnaturalización de las que sí provienen de costumbres ancestrales. Que el grotesco rostro tallado en una calabaza hueca —Jack O'Lantern, 'la linterna de Jack'— gane espacio en los hogares mexicanos importaría poco si no fuera por el hecho de que la Catrina se ha vuelto uno de los tantos disfraces con los que se intenta asustar a la gente durante Halloween, cuando la muerte para los mexicanos reviste significados que distan mucho de la angustia y del horror.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE SPUTNIK