"Entre otras opciones, no descartamos el uso de la fuerza a la hora de responder a las amenazas militares directas en el marco de los acuerdos vigentes del Estado de la Unión [de Rusia y Bielorrusia] y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, en caso de una agresión militar abierta contra Bielorrusia o en caso de un conflicto armado", escribió en un artículo publicado en la página web del Ministerio de Defensa del país.
Voinov señaló que "ante la falta de estabilidad interna y la implicación de países fronterizos y algunos otros en la desestabilización de la situación" en Bielorrusia, las autoridades han cambiado su actitud hacia "factores externos".
"Lo que antes no considerábamos como una amenaza, ahora adopta otro significado", apuntó.
"Con todas esas acciones y declaraciones nuestros vecinos procuran crear una división en el Estado de la Unión y romper las relaciones entre la República de Bielorrusia y la Federación de Rusia", alertó.
Voinov acusó directamente a Polonia y Lituania de contribuir a la desestabilización de la situación en Bielorrusia, caldear la situación en el entorno informativo y provocar disturbios masivos en el país.
"Si alguien no quiere desarrollar relaciones con nosotros, no vamos a insistir en ser amigos, nos guiamos por el principio de reciprocidad, (...) no se descarta que los problemas políticos afecten la cooperación militar internacional, pese a que hoy en día se preservan algunas actividades de carácter táctico con Polonia y Lituania", afirmó.
Política de Lituania
El parlamento de Bielorrusia tildó de violación del derecho internacional el llamado de los legisladores lituanos a reconocer como presidenta electa a Svetlana Tijanóvskaya, según el cómputo oficial, la segunda candidata más votada en los comicios bielorrusos del 9 de agosto.
"Los diputados lituanos, en su intento de señalar a 'líderes del pueblo bielorruso', rebasan el marco del sentido común", declaró la mesa directiva de la Asamblea Nacional (Parlamento).
En una declaración a la que ha tenido acceso Sputnik, el organismo resalta que "semejantes acciones son provocativas e inadmisibles, violan las normas del derecho y de las relaciones internacionales, así como la práctica parlamentaria".
Según el documento, la resolución de la Dieta "no se corresponde con el espíritu de la buena vecindad" entre Bielorrusia y Lituania.
"Suscitan especial rechazo los llamados a presionar sobre las autoridades con sanciones, para forzar cambios de política exterior e interna de Bielorrusia", añade la declaración.
Bielorrusia es escenario de protestas desde el 9 de agosto por los resultados de las elecciones presidenciales que revalidaron un nuevo período del actual mandatario, Alexandr Lukashenko.
La oposición bielorrusa denunció numerosas irregularidades electorales y por ello exige una repetición de los comicios, opción que Lukashenko ha descartado en términos contundentes.
El mandatario bielorruso afirmó que la situación en Bielorrusia se debe a una "injerencia externa", y acusó a Polonia, Chequia, Lituania y Ucrania de estar detrás de las protestas.