"He sabido que un nuevo alto el fuego relativo a la zona de Donbás fue decidido recientemente en Minsk por los miembros del Grupo de Contacto Trilateral. Al tiempo que les agradezco esta señal de buena voluntad dirigida a devolver la tan deseada paz a esa atormentada región, rezo para que lo que se ha acordado se ponga finalmente en práctica, incluso mediante un proceso efectivo de desarme y desminado", dijo el pontífice durante la oración del Ángelus.
Señaló que solo de esa manera "se podrá reconstruir la confianza y sentar las bases de la reconciliación tan necesaria y tan esperada por el pueblo".
El 22 de julio, el Grupo de Contacto Trilateral (Rusia, Ucrania y la OSCE) acordó un paquete de medidas adicionales para garantizar el régimen de alto el fuego que entra en vigor a partir del 27 de julio.
Desde abril de 2014, Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio —Donbás— donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia, cuyo resultado la ONU estima en unos 13.000 muertos.