"Durante la crisis sanitaria relacionada con el COVID-19, el número de decesos aumentó fuertemente en Francia (…) los decesos en marzo y abril de 2020 entre las personas nacidas en el extranjero aumentaron un 48% en comparación con el mismo período de 2019, contra un 22% más de decesos entre los nacidos en Francia", dice el texto.
Especifica que el mayor crecimiento del índice lo mostraron los procedentes de los países del Magreb (+54%) y de otros países africanos (+114%), así como los nacidos en Asia (+91%).
"El aumento de fallecimientos fue especialmente grande para las personas de edad avanzada independientemente de su origen. Sin embargo el nivel de mortalidad fue alto para las personas menores de 65 años nacidas en el extranjero", señala el informe.
En la Isla de Francia se detectó el crecimiento de decesos de un 92% en marzo y abril ante el mismo periodo del año anterior.
"En la Isla de Francia y Gran Este, regiones particularmente afectadas, el aumento de las muertes fue alto tanto para las personas nacidas en Francia como para las nacidas en el extranjero", indica el texto.
También el nivel de mortalidad se explica por las condiciones de vida, el uso de transporte público y el empleo.
Los procedentes del Magreb y otros países africanos en su mayoría son "trabajadores clave" que contactan de una manera más frecuente con personas, son vendedores, empleados de las instituciones médicas, correos, transporte público y servicios de emergencia, etc.
De momento, Francia registra más de 205.500 contagios del coronavirus, de ellos más de 29.900 decesos y más de 77.400 recuperaciones.
