De acuerdo con el Financial Times, el Ejecutivo conservador ha aceptado finalmente que el cambio de régimen y procedimientos en el post-brexit combinado con la crisis del COVID-19 son riesgos desmesurados para el empresariado.
"Adoptaremos una aproximación pragmática y flexible a medida que retomamos el control de nuestras leyes y nuestras fronteras a final de año", declara al periódico un funcionario del Gobierno.
Michael Gove, ministro del Gabinete encargado de las preparaciones del Brexit, anunció el pasado febrero que Reino Unido introducirá "controles de importación" en los bienes de la UE que entren el país cuando concluya el periodo de transición el 31 de diciembre de 2020.
"El Reino Unido quedará fuera del mercado único y de la unión aduanera [de la UE], así que debemos estar preparado para los inevitables procedimientos aduaneros y controles regulatorios", afirmó entonces Gove.
El objetivo es agilizar el movimiento de los 10.000 camiones que llegan a diario a Dover u otros puertos conectados directamente con países miembros de la UE
En los puestos fronterizos comunitarios, las inspecciones serán en principio rigurosas una vez se produzca la ruptura con Londres.
Se estima que exportadores e importadores deberán rellenar unas 200.000 declaraciones aduaneras para seguir comerciando legalmente con la UE después del Brexit.