"Se tomarán represalias", dijo Narishkin, quien calificó de "una provocación muy vil" la decisión de las autoridades checas.
El 5 de junio el primer ministro checo, Andrej Babis, anunció que dos empleados de la embajada rusa fueron declaradas personas no gratas por la supuesta introducción por parte de diplomáticos rusos de un veneno a Chequia.
A su vez, Mijaíl Briujánov, vicejefe de la Agencia Federal rusa para los Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, Compatriotas Residentes en el Extranjero y la Cooperación Humanitaria Internacional (Rossotrudnichestvo) comunicó que ambos abandonarán la República Checa el 7 de junio.
Según el periódico, con ese veneno la inteligencia rusa supuestamente planeaba atentar contra Ondrej Kolar, jefe del distrito Praga-6 quien tomó la decisión de desmantelar el monumento al mariscal soviético Iván Kónev; y el alcalde de Praga, Zdenek Hrib, quien en febrero pasado promovió un acto para bautizar la plaza donde se encuentra la embajada rusa con el nombre del opositor ruso Borís Nemtsov, asesinado hace cinco años en Moscú.
La embajada rusa en Chequia rechazó esa información, al calificarla de "insinuaciones escandalosas y mentirosas".
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, tachó de "bulo" la publicación del medio checo.