"Meliá impidió que los operadores turísticos ofrecieran libremente alojamiento hotelero en toda Europa. Como resultado, los consumidores tenían acceso a diferentes ofertas y diferentes precios según su nacionalidad. Esto es ilegal según las normas antimonopolio.", indicó el organismo europeo en un comunicado.
Estos contratos establecían ofertas y precios según la nacionalidad o procedencia de los clientes, una práctica discriminatoria e ilegal según las normas europeas de defensa de la competencia.
En concreto, los términos y condiciones del grupo español en los convenios con los operadores de viaje contenían una cláusula que estipulaba que solo eran válidos para reservas de consumidores que residían en ciertos países, excluyendo a otros.
"Como resultado, los consumidores no podían ver la disponibilidad completa del hotel o reservar habitaciones a los mejores precios con operadores turísticos en otros Estados miembros", explicó la CE en su comunicado.
Se trata de acuerdos que dividían el Mercado Único Europeo al restringir la oferta libre de alojamiento hotelero en todos los países del Espacio Económico Europeo, a la vez que privaban a los clientes de los beneficios de este mercado.
La multa impuesta por estas prácticas ascendió a 6.678.000 de euros después de que la CE otorgara a Meliá una reducción del 30% del importe total a cambio de su cooperación.
El grupo "reconoció expresamente los hechos y la infracción de las normas de competencia de la UE y cooperó en la presentación de pruebas más allá de su obligación legal de hacerlo", destacó la institución.