"Los bancos nos dejaron sin salarios, nuestro arrendador se vio obligado a rescindir el contrato con nosotros bajo presiones y todo esto ocurre en medio de la persecución penal contra cada uno de nosotros y los cargos con penas máximas de hasta cinco años de cárcel", comentó la redactora jefa de Sputnik Estonia, Elena Cherisheva.
Subrayó que el hecho de que el personal tuvo que abandonar Sputnik no significa el fin del trabajo de la web.
En tanto, la redacción publicará las noticias relacionadas principalmente con la situación en torno a Sputnik Estonia y no tratará los temas de la agenda del país báltico.
"Luchando por el derecho a trabajar en Estonia, luchamos por el derecho de los lectores de Estonia y fuera del país a recibir la información completa", afirmó la redactora jefa.
Enfatizó que para la agencia es importante "que los lectores tengan la oportunidad de acceder a la web cada día y que evalúen ellos mismos la información y los comentarios" lo cual se llama "la libertad de expresión que, lamentablemente, en Estonia hoy en día no existe".
Cherisheva también agradeció a los lectores el apoyo, especialmente en los últimos meses, cuando se intensificó la presión contra el medio.
Las autoridades estonias justifican su conducta amparándose en las sanciones impuestas por la Unión Europea el 17 de marzo de 2014 contra varias personas y entidades a la luz de los acontecimientos en Ucrania.
Rossiya Segodnya, a su vez, insiste en que no figura en ninguna lista de sanciones de la UE.
Por las amenazas de enjuiciamiento los empleados de Sputnik Estonia se vieron obligados a rescindir la relación laboral con la redacción a partir del 1 de enero de 2020.