"Ni el Equipo de Investigación Conjunta [JIT] ni la Fiscalía de Países Bajos ni el comité de investigación malasio ni otro organismo no han usado la posibilidad que les dio mi cliente para conocer esas evidencias", señaló el abogado del detective en una carta a Sputnik.
El abogado de Resch desmintió las afirmaciones de algunos medios de que supuestamente el detective vendió las evidencias del derribo del avión de pasajeros.
"Esto es totalmente falso", indicó, remarcando que la información encontrada por su cliente está protegida con un código de seguridad.
El abogado reveló también que su cliente recibió el 18 de octubre un correo electrónico de un periodista neerlandés del periódico De Telegraaf en el que le informaba que la Fiscalía de Países Bajos rechazaba su colaboración.
"Es inaceptable que se comuniquen por esas vías", enfatizó.
El letrado indicó que Resch hizo lo posible para entregar sus evidencias a los organismos pertinentes de manera pública y transparente, sin embargo no fue escuchado.
"El procedimiento de la investigación es inexplicable. Resch considera que esto es aterrador y alarmante ya que estos procesos dan la impresión de que no existe interés real por la búsqueda de la verdad y no se hace ninguna investigación, más bien se ocultan deliberadamente las evidencias", recalcó.
Todos los 298 ocupantes de la aeronave, murieron. El Ejército ucraniano y las milicias de Donbás se acusaron mutuamente de la catástrofe.
Países Bajos impulsó la creación del JIT que también integran expertos de Australia, Malasia, Bélgica y la propia Ucrania, país que en un primer momento fue apuntado como responsable del derribo.
En julio pasado Resch desveló que el JIT había rechazado los materiales de su investigación que contenían datos no incluidos en la pesquisa oficial.
El JIT se ha empeñado en responsabilizar a Rusia del derribo pese a los datos de los radares que dicen lo contrario y las evidencias que indican que el misil era propiedad del Gobierno ucraniano.