"Tomamos nota de cualquier paso constructivo que den las autoridades ucranianas para resolver la crisis ucraniana o avanzar hacia la implementación de los Acuerdos de Minsk, y siempre lo acogemos con beneplácito", dijo Zajárova a la prensa.
Ucrania lanzó en 2014 una operación contra las milicias en el este de su territorio —Donbás— donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
Los Acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto, pero hasta hace poco no consiguieron detener las hostilidades, cuyo balance la ONU estima en unos 13.000 muertos.
Entre las medidas acordadas en febrero de 2015 están "la liberación de todos los rehenes y el canje de prisioneros de guerra".