"Es el último acto inaceptable de una administración que está decidida a tratar a los periodistas como enemigos del pueblo", denunció la secretaria general del sindicato, Michelle Stanistreet, en un correo remitido a Sputnik.
La dirigente sindicalista advierte que las nuevas imputaciones hacen temer por el respeto a la libertad de prensa, ya que suponen "un ataque a la primera enmienda de la constitución estadounidense".
La reacción del NUJ está en línea con la posición de condena adoptada por otras organizaciones internacionales.
Para Ben Wizner, del Sindicato Americano de Libertades Civiles (ACLU), la acción de la administración Trump "establece un precedente peligroso que puede utilizarse" contra otros medios de comunicación que han publicado documentos estatales confidenciales.
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