El Partido Conservador, que lidera la primera ministra Theresa May, había perdido casi 400 concejales en los 248 ayuntamientos en disputa con el escrutinio aun incompleto.
Londres y otras urbes inglesas quedaron exentas, además de Escocia y Gales, en esa cita en que el electorado ha expresado su frustración ante la paralización del proceso de salida de la Unión Europea (UE).
El Brexit se ha pospuesto de la fecha original, el 29 de marzo, hasta el 30 de octubre debido al continuo fracaso de la estrategia de May para ratificar en el Parlamento británico el Acuerdo de retirada pactado con Bruselas.
La falta de resultados en estas conversaciones ha precipitado la creación de dos formaciones en los polos opuestos del debate: el Partido del Brexit de Nigel Farage, partidario de una ruptura dura con Bruselas; y Change UK, con diputados fugados de las bancadas conservadoras y laboristas que pelean por un segundo referéndum.
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No hubo candidatos de las nuevas formaciones en las locales, aunque ambas están ya en abierta campaña para las europeas, que se celebrarán el 23 de mayo si no se alcanza antes un acuerdo político que asegura la ratificación del divorcio con la UE.
El voto de castigo ha perjudicado también al laborismo, que está acusando retrocesos en municipios con un alto porcentaje de partidarios del Brexit.
El principal beneficiado ha sido el Partido Liberal Demócrata —tercera fuerza parlamentaria antes de gobernar en coalición con los conservadores de 2010 a 2015— que sumaba más de 300 escaños con casi el 50% del escrutinio.
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Los Verdes y los candidatos independientes también están despuntando en el pulso electoral que este mayo se centra en distritos municipales eminentemente rurales de Inglaterra.
