"Tenemos cifras de que el flujo turístico ha disminuido en un 27%, en aproximadamente un millón de personas en comparación con los años anteriores. El impacto ha sido bastante sensible", señaló Sharp.
Algunas agencias de viaje, sin embargo, según Sharp, dicen que turistas de Rusia y China se interesan por los lugares relacionados con el caso Skripal: el banco de un parque en el que fueron hallados inconscientes el exagente y su hija, el restaurante donde habían comido, etcétera.
"Les hemos dicho que no es lo que podría ayudar a la ciudad, no es lo que estamos buscando, no son las cosas que quisiéramos perpetuar", comentó Sharp.
Serguéi Skripal, exoficial de la inteligencia militar rusa reclutado en los años 90 por el servicio secreto británico MI6 y naturalizado en el Reino Unido, y su hija Yulia, fueron hallados inconscientes a principios de marzo pasado cerca de un centro comercial en la ciudad británica de Salisbury, como resultado de lo que Londres llegó a calificar como intento de envenenamiento con una sustancia neuroparalizante.
Nada más abierta la investigación, Londres responsabilizó a Moscú de estar detrás del envenenamiento y afirmó que la sustancia neuroparalizante en cuestión fue supuestamente desarrollada por químicos rusos.
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Moscú rechaza de plano las acusaciones de Londres, que considera infundadas, y envió decenas de notas diplomáticas al Foreign Office reclamando acceso a las pruebas para poder colaborar con la investigación, así como a los Skripal, que son ciudadanos de Rusia.