Políticos y analistas anticipan la derrota de la primera ministra, Theresa May, y solo discuten si el fracaso de su plan del Brexit será por uno o dos centenares de escaños.
La dirigente conservadora cerrará personalmente el debate en los Comunes, el quinto desde la semana pasada, centrado en el divorcio y la futura relación del Reino Unido con el bloque comunitario.
"¿A qué están jugando? ¿Qué están haciendo? ¡Ustedes no son niños en el patio, son legisladores! Estamos jugando con las vidas de personas", clamó el abogado general del Gobierno, Geoffrey Cox, en la apertura de la histórica sesión.
El acuerdo incluye dos apartados: los términos legales de la salida de la UE, con el ampliamente odiado mecanismo de salvaguarda de la frontera invisible entre el Norte y la República de Irlanda, y una declaración política sobre la futura relación.
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"No hay necesidad de ninguna salvaguarda; no podemos respaldar este acuerdo", remató Arlene Foster, ex ministra principal de Irlanda de Norte y líder del Partido Democrático Unionista (DUP).
El DUP ha sostenido la mayoría del Gobierno May desde las desastrosas elecciones de 2017 y, sin su apoyo, el pacto Brexit está prácticamente condenado a la basura en su versión actual.
Pero la primera ministra seguirá batallando si se cumplen las previsiones sobre su probable humillación en los Comunes.
"Está determinada a cumplir el deseo de los británicos de sacar al país de la UE", señaló este 14 de enero su portavoz a los corresponsales políticos.
La jefa del Ejecutivo conservador tiene hasta el 21 de enero para dar a conocer su plan B del divorcio si el Parlamento tumba el resultado de dos años y medio de negociación con Bruselas.