"Lamentablemente, un número muy elevado de medios británicos empezó a manipular los hechos para que se ajusten a la política editorial, distorsionando el panorama informativo a favor de la versión deseada (…), nos vemos obligados a constatar que los medios del Reino Unido, que alguna vez se consideraban como los más independientes, dañaron gravemente su reputación", dijo el portavoz.
El 16 de diciembre en las redes sociales se filtró la conversación de Olga Ivshina, de la BBC, con un colaborador del canal en París.
Según los mensajes revelados, Ivshina le pregunta al periodista si se pueden vincular las protestas de los chalecos amarillos con Moscú. El colaborador le responde que no vio a ningún ruso en las manifestaciones.
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La mujer propone al periodista buscar a empresarios rusos en París que hacen dinero con las protestas, por ejemplo, vendiendo comida, o encontrar rusos entre los radicales que llaman a los choques con los policías.
Ivshina le explica que la redacción de la BBC, un medio financiado por el Gobierno británico, le exige encontrar la supuesta mano de Moscú en las protestas.
El ministro de Exteriores francés, Jean-Yves Le Drian, declaró antes que la Secretaría General de Defensa y Seguridad Nacional de Francia investiga la presunta participación de Rusia en las protestas de los chalecos amarillos.
El Kremlin negó su implicación en las protestas al subrayar que no se ha entrometido ni piensa entrometerse en los asuntos internos de otros países, entre ellos Francia.
"Respetamos la soberanía de Francia y apreciamos su reciprocidad en este sentido", afirmó el portavoz del ente, Dmitri Peskov.