"Nuestro equipo nunca perdió la esperanza de que llegara el momento de poder hacer este anuncio histórico", cita el comunicado al presidente de esta organización, Julius Berman.
"Nadie puede imaginarse el dolor en los andenes cuando comenzó Kindertransport y las medidas extraordinarias que los padres tomaron para brindarles a sus hijos la oportunidad de la vida, una vida que esos niños llevaron sin madres, sin padres y, en muchos casos, sin familia de ningún tipo", dijo el vicepresidente ejecutivo de la Conferencia sobre Reclamaciones, Greg Schneider.
Consciente del peligro que corría la comunidad judía, el Gobierno británico autorizó el ingreso de un número indeterminado de niños menores de 17 años desde Alemania y los territorios anexionados en aquel momento (Austria y Checoslovaquia).
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De más de 10.000 niños que se salvaron gracias al programa, hoy quedan unos mil. Casi la mitad sigue residiendo en el Reino Unido; otros viven en Israel, EEUU, Australia, Canadá y otros países. La mayoría de sus familiares murieron en el Holocausto.