"Nos consta que las organizaciones internacionales no aprobaron sanciones algunas por las acciones rusas pero aplicamos nuestras sanciones nacionales como protesta contra el ataque en el estrecho de Kerch", dijo Grybauskaite al reunirse con su par ucraniano, Petró Poroshenko.
La mandataria lituana también destacó el hecho de que su país sea el primero en aprobar las restricciones por la situación en cuestión.
Sin embargo, Grybauskaite no concretó cuáles son las sanciones y las amenazas.
Al finalizar la reunión con Poroshenko, la presidenta informó que "Lituania aumenta la ayuda militar a Ucrania a través de envíos adicionales de un gran número de municiones, así como instructores militares y expertos en ciberseguridad que ayudarán a repeler los ataques híbridos, sobre todo durante las presidenciales".
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Los comicios ucranianos están previstos para el 31 de marzo de 2019 y, según sondeos, es poco probable que Poroshenko sea reelegido como el jefe del Estado perdiendo ante su rival, Yulia Timoshenko que lleva ya unos meses liderando el ranking.
En total, en los 4 años que dura el conflicto interno ucraniano, Lituania asignó a Ucrania 13 millones de dólares de ayuda.
Una fuente diplomática en Bruselas dijo a Sputnik con anterioridad que una serie de países de la UE, incluyendo a Francia y Alemania, consideran prematuro imponer sanciones adicionales contra Rusia y actualmente coinciden en que es necesario que Rusia y Ucrania actúen con moderación.
El 10 de diciembre en Bruselas se celebrarán negociaciones ente los ministros de Exteriores de los países de la UE, habrá una cena no oficial con el canciller ucraniano, Pavló Klimkin.
"Sí que hay discusiones sobre la situación en el mar de Azov, pero sobre las sanciones no las hay; algunos países quieren plantear esta pregunta y otros no; por el momento entre los 28 países no hay un acuerdo sobre este tema", dijo la fuente.
Añadió que "ahora las discusiones no son sobre si se necesitan sanciones sino sobre qué hacer para disminuir la tensión en el mar de Azov, para intentar contribuir a establecer el diálogo entre las dos partes y encontrar una solución".
Las embarcaciones ucranianas realizaron maniobras peligrosas e hicieron oídos sordos a la exigencia de parar, por lo que fueron detenidas con sus 24 tripulantes.
Moscú calificó la incursión ucraniana de provocación y denunció que Kiev violó las normas fundamentales del derecho internacional.
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A su vez, el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, declaró que con ese incidente Kiev busca ganar puntos de cara a las elecciones presidenciales.
