"Parte de la población puede comenzar a trasladarse de las regiones orientales de Ucrania al oeste, lo cual puede generar una presión hacia el cruce de nuestra frontera, observamos con atención la situación", aseveró en una conferencia del prensa divulgada por las redes nacionales de televisión.
"De momento la situación no es peligrosa, Eslovaquia no está amenazada por incidente alguno, pero el Gobierno no puede subestimar los posibles riesgos", señaló, al añadir que espera que el conflicto se resuelva por vías diplomáticas.
El domingo pasado, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) informó de la detención de tres buques ucranianos que entraron en una zona provisionalmente cerrada en el mar Negro, sin haber solicitado permiso a las autoridades rusas.
Los buques avanzaron hacia el estrecho de Kerch y luego maniobraron peligrosamente, desoyendo las exigencias de la guardia fronteriza rusa que les dio el alto.
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La Cancillería rusa declaró por su parte que con ese incidente Kiev busca ganar puntos de cara a la campaña de las elecciones presidenciales, previstas para el 31 de marzo de 2019.
La libre navegación en el mar de Azov –mar interior entre Rusia y Ucrania, según un acuerdo bilateral– se complicó en los últimos meses después de que guardacostas ucranianos detuvieran a dos barcos rusos que habían visitado Crimea, un territorio que Kiev considera ocupado.
Moscú catalogó las acciones de Kiev como "terrorismo marítimo" y contestó endureciendo los controles en la zona rusa del mar de Azov, que se conecta con el Negro a través del estrecho de Kerch.