"Vamos a dejar claras a ambas partes a que les exhortamos a tener una posición reservada y, si fuera necesario, ser nosotros mediadores para que este conflicto no se convierta en una crisis grave", dijo Maas en una comparecencia ofrecida en Madrid, donde se reunió con su homólogo español, Josep Borrell.
En su comparecencia ante la prensa en Madrid, Maas afirmó que la situación es "tremendamente preocupante" y añadió que "no es aceptable que Rusia bloquee el estrecho".
En cualquier caso, el jefe de la diplomacia alemana llamó a todas las partes involucradas a guardar una posición prudente para evitar una escalada de tensión.
Postura de España
A su vez, el ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, manifestó el respaldo de Madrid a las posiciones expresadas por la alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, sobre la situación en el estrecho de Kerch.
"Los europeos tenemos que actuar juntos. Es absolutamente necesario que nos alineemos con la posición de la alta representante y que marquemos unas exigencias frente a Rusia apoyadas por todos", dijo Borrell.
Borrell adelantó que España apoya esas exigencias y afirmó que a lo largo de la tarde su oficina emitirá un comunicado expresando de manera más detallada la posición de Madrid.
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El ministro español coincidió con su homólogo alemán en calificar la situación como "tremendamente preocupante" y llamó a "detener la escalada de tensión" para "impedir que el conflicto se propague y alcance otros niveles de intensidad".
El Consejo de Seguridad Nacional y Defensa ucraniano dispuso introducir en el territorio del país la ley marcial por 60 días, la Rada Suprema (Parlamento ucraniano) todavía debe ratificar esa decisión.
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La libre navegación en el mar de Azov —mar interior entre Rusia y Ucrania, según un acuerdo bilateral— se complicó en los últimos meses después de que guardacostas ucranianos apresaran a varios barcos rusos que habían visitado Crimea, un "territorio ocupado" para Kiev.
El canciller ruso, Serguéi Lavrov, declaró que el incidente fue una acción premeditada con la que Kiev busca ganar puntos de cara a la campaña de las elecciones presidenciales, previstas para el 31 de marzo de 2019.