"Ya es hora de retomar el control y ejecutar la elegante, dignificada y apreciada retirada que votó el país; es el momento —y aún hay tiempo— de desechar 'Chequers'", clamó en referencia a la hoja de ruta desvelada por May en su residencia campestre del mismo nombre.
"Si engañamos al electorado —y Chequers es un engaño— aumentará el sentimiento de desconfianza… y el beneficiario final del acuerdo Chequers será la extrema derecha en la forma del UKIP [Partido por la Independencia de Reino Unido]", advirtió.
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El diputado y ex alcalde de Londres dio un paso más en su ambición por usurpar el liderazgo del partido y la jefatura del Gobierno exponiendo los plazos y pautas de su propuesta de salida de la UE.
Londres y Bruselas acordaron los principios de este apartado del acuerdo de salida en diciembre de 2017, pero siguen en disputa sobre el marco legal y los detalles prácticos de su implementación.
El erigido líder ultra euroescéptico plantea un Brexit duro que facilitaría el ingreso del Reino Unido en la Organización Mundial del Comercio.
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El periodo de transición solicitado por May, que se extendería hasta diciembre de 2020 si hay un pacto de divorcio con Bruselas, se emplearía "para negociar un acuerdo de libre comercio" con la UE que Johnson define como "súper-Canadá" (un CETA ampliado).
"No es pragmático, no es un compromiso; es peligroso e inestable política y económicamente", dijo a la audiencia de incondicionales 'brexiteros'.
La primera ministra ha salvado repetidos infortunios y traspiés en sus dos años al frente del Gobierno y se juega una vez más la continuidad en su cargo en el discurso de clausura del congreso que emitirá este 3 de octubre en el pabellón de convención de Birmingham.