"Rechazamos (…) la conducta pasiva de las Fuerzas Internacionales para Kosovo, que no emprendieron ninguna acción, a pesar de que deben garantizar la paz y la seguridad en la zona, de acuerdo con el mandato de la ONU", declaró la portavoz.
El 29 de septiembre se comunicó que el presidente serbio puso en alerta máxima a las Fuerzas Armadas del país después de que unidades de élite de Kosovo se acercaran a un embalse de una central hidroeléctrica en el norte de ese territorio.
Según datos brindados por Pristina, unidades de élite aparecieron en la zona por el paseo en yate que realizó el presidente de la autoproclamada república, Hashim Thaci.
"La invasión demostrativa de una unidad especial de la policía el 29 de septiembre en regiones habitadas por serbios en el norte del territorio, pese a los acuerdos existentes entre Belgrado y Pristina, es una verdadera provocación que pretende intimidar a los serbios de Kosovo y a presionar a Serbia", advirtió la diplomática.
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Para Zajárova resulta evidente que las acciones irresponsables de las autoridades kosovares pueden desencadenar una nueva escalada en Kosovo y desestabilizar la situación en los Balcanes.
"Los intentos de tomar el control de las zonas habitadas por serbios, que continúa efectuando Pristina, privan de sentido los esfuerzos de muchos años de la comunidad internacional encaminados a lograr la paz tras el conflicto", destacó Zajárova.
Poco antes, las KFOR confirmaron el despliegue en la zona de efectivos encargados de proteger a Thaci y llamaron a las partes del conflicto a mantener la calma.
Las autoridades serbias, presionadas por Bruselas y en busca de un acercamiento con la Unión Europea, se vieron obligadas en 2011 a entablar negociaciones con mediación de la UE para la normalización de relaciones con Pristina.