"Hoy la situación para los cultivadores y procesadores de hortalizas es la más grave que se ha experimentado en los últimos 40 años", señaló.
Profel estima que la cosecha de legumbres ha bajado entre el 20 y el 50% y la de cebolla, entre el 15 y el 50%.
Además, han resultado afectados los cultivos de calabacín y espinaca.
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"Mientras la sequía persiste, también se plantean preocupaciones por los cultivos que se cosechan en otoño e invierno como la col rizada, el repollo blanco, la col lombarda, la col de Bruselas y el puerro; ya está claro que las condiciones meteorológicas han sido demasiado secas para estos cultivos, lo que resultará en unas cosechas muy por debajo de la media", advierte la asociación.