"A mediados de junio la planta Dneproazot [una de las mayores plantas químicas del país], que fabrica el cloro licuado usado por las centrales de purificación, advirtió sobre el cese de los suministros. Eso creó una situación difícil para la industria purificadora de Ucrania", advierte el comunicado de Kievvodokanal, responsable de manejar las aguas de la capital ucraniana.
Así, la única empresa fabricante de cloro licuado de Ucrania vendió por completo todas sus reservas almacenadas mientras las de las empresas purificadoras del agua van agotándose rápidamente, constata el mensaje.
Al mismo tiempo, el cloro licuado no es muy fácil de sustituir con las importaciones —Rumanía es un país candidato para proporcionar la sustancia— debido a que "los vagones cisterna europeos no son capaces de cambiar de ruedas [y adaptarse a los rieles de diferente tamaño usados en Ucrania]" y tampoco están formalmente certificados en Ucrania.
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Al fin y al cabo, el reinicio del funcionamiento de la planta Dneproazot queda como la única opción para evitar los recortes en el suministro de agua o, en caso de algunas ciudades, el cese completo de suministro, advierte el documento.
La razón para el cese de actividades de la planta, según su director Serguéi Sídorov, fue el enorme precio del gas natural que impide que la empresa pueda funcionar.
El precio del combustible azul va aumentando en Ucrania en los últimos años por un conjunto de razones, entre ellas las exigencias del Fondo Monetario Internacional, la precaria situación económica y la decisión de las autoridades de Kiev de 'rechazar' el gas ruso.
Actualmente Ucrania prefiere comprar gas natural a través de intermediarios europeos. En muchos casos, en estos suministros se trata también de gas de procedencia rusa vendido con una sobretasa.
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