"La respuesta militar al ataque con el agente nervioso ha sido extraordinaria", resaltó la primera ministra, Theresa May, del incidente del pasado marzo.
La dirigente confirmó la selección de Salisbury desde el emplazamiento de la actual jornada dedicada a honrar la valentía y el servicio de los veteranos, en Llandudno (Gales).
Las relaciones bilaterales entre ambos países continúan prácticamente bloqueadas desde entonces, aunque la colaboración se ha mantenido en las cuestiones relacionadas con el Mundial de Fútbol de Rusia.
Secciones de Salisbury, incluida la vivienda de Serguéi Skripal, siguen bajo la custodia de las fuerzas de seguridad del Reino Unido.
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Moscú ha denunciado la falta de pruebas en aval de la postura del Ejecutivo de May y la opacidad de la investigación británica, entre otras cuestiones en disputa.
"Celebrando allí el Día de las Fuerzas Armadas, también celebraremos la tremenda resistencia y el gran espíritu de Salisbury y demostraremos que la ciudad está funcionando", afirmó la jefa del Gobierno conservador.
También es el centro urbano de una región estratégicamente importante para la defensa del Reino Unido.
A pocos kilómetros se ubica el laboratorio científico y de investigación militar de Porton Down, donde se analizó la sustancia empleada contra los Skripal.
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Además, extensas maniobras militares se llevan a cabo regularmente en la planicie de Salisbury, que dispone, entre otros objetivos de asalto, de un pueblo que el Ejército confiscó durante la Segunda Guerra Mundial y cuyos residentes nunca más pudieron regresar a vivir en sus casas.
