"Ucrania está haciendo todo lo posible para sabotear la retirada de las fuerzas y los equipos en las zonas acordadas, evitando de esta manera la retirada de los efectivos y los equipos a lo largo de toda la línea de contacto, ya que esto garantizaría el pleno respeto de la tregua", dijo Pushilin.
Añadió que los acuerdos de Minsk representan la única posibilidad de solucionar el conflicto en Donbás, pero Kiev intenta suspender su implementación.
Subrayó que "todas las demás opciones que Ucrania considera más aceptables, es decir, la vía militar y el intento de hacer llegar a los pacificadores para que ayuden a 'liberar' Donbás, son inadecuadas y son prácticamente imposibles de llevar a cabo".
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Agregó que de momento es prematuro hablar de una estabilización de la situación en Donbás, ya que existe la posibilidad de una nueva escalada de tensiones.
"Desafortunadamente, es prematuro hablar de una estabilización, en mi opinión, debemos estar en máxima alerta hasta el final de la Copa Mundial (de Fútbol en Rusia), la posibilidad (de una escalada) es bastante alta, se trata de Ucrania", dijo el representante de Donetsk.
Al mismo tiempo, Pushilin considera que en un futuro próximo las fuerzas ucranianas no lanzarán una ofensiva a gran escala.
El representante de Donetsk considera que el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, podría usar la escalada del conflicto en Donbás para llamar la atención de la comunidad mundial, lo que permitirá "contar con algún apoyo financiero".
Desde abril de 2014 Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al golpe de Estado ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia.
