La representante de Unicef en Ucrania, Giovanna Barberis, señaló que unos 200.000 menores residen y estudian a escasos 15 kilómetros de la línea divisoria entre los bandos en conflicto y se exponen constantemente a la amenaza de bombardeos, como sucedió con un autobús escolar que se vio bajo el fuego cruzado el pasado 12 de abril.
"Difícilmente podemos sobrestimar el impacto de esos incidentes en la mente infantil. También los maestros y los directores de escuelas sufren en esta situación", subrayó Barberis.
Mientras, de los 26,6 millones de dólares que Unicef solicitó para ayudar a los niños de Ucrania, los donantes aportaron menos del 15%.
Desde abril de 2014 Ucrania lleva a cabo una operación contra las milicias en el este de su territorio donde se proclamaron las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en Kiev en febrero del mismo año.
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Los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política del conflicto pero no han derivado hasta ahora en el cese de la violencia cuyo resultado la ONU estima en más 10.300 muertos.